La piómetra es una trastorno infeccioso e inflamatorio grave del útero que puede afectar a todas las hembras, si bien es más frecuente en perras que en gatas
Puede darse en hembras no esterilizadas de cualquier edad aunque hay algunos factores que aumentan la probabilidad de padecerla. Los tratamientos hormonales es uno de estos factores, éstos predisponen al útero, aumentando la susceptibilidad a infecciones bacterianas.
Las bacterias vaginales atravesarán normalmente el cuello uterino cuando está abierto durante el celo, aunque no se desarrolle piómetra. Posteriormente ,el cuello uterino se cerrará y si se dan las condiciones adecuadas, se dará la proliferación bacteriana que conduce a una piómetra.
Debido a que los signos clínicos son inespecíficos, es fácil pasarla por alto hasta que se presenta de forma grave.
Los síntomas aparecen en la fase del ciclo en la que se cierra el cuello uterino, es decir, en los dos meses posteriores al celo.
Puede ser que esté deprimida, no quiera comer, beba más agua y orine más, vomite o tenga fiebre, así como dolor abdominal.
La piómetra puede ser abierta o cerrada, dependiendo de si el cuello uterino permanece abierto o cerrado. En el primer caso, además de los síntomas generales, aparecerá una secreción vaginal sanguinolenta o mucopurulenta que puede incluso confundirse con otro celo. Si la piómetra es cerrada, no habrá ninguna secreción.
Si la gravedad avanza puede dar lugar a una insuficiencia renal o si se perfora el útero, a una peritonitis, septicemia y muerte.
Esta enfermedad necesita un tratamiento de urgencia. Después del diagnóstico por radiografía o ecografía, el tratamiento de elección es quirúrgico, retirándose en la cirugía el útero y los ovarios. Debe realizarse lo antes posible, una vez que se haya estabilizado con la hidratación y medicación adecuada.
Cuando las hembras tienen un alto valor reproductivo y siempre que estemos en una fase muy inicial de la enfermedad, se puede intentar un tratamiento médico conservador pero sin garantías de curación, con posibles recaídas y por tanto, con mayor riesgo para su salud.
Evitar factores que predisponen, como los tratamientos usados para inhibir el celo, aunque en la actualidad casi no se usan.
Si no vamos a criar con nuestra hembra, la mejor prevención es realizar una ovariohisterectomía , es decir, retirar útero y ovarios lo antes posible. Si se hace de forma temprana, antes incluso del primer celo, además de evitar una piómetra , impediremos la presencia de tumores de mama que en muchos casos son malignos y que pueden provocar metástasis en otros órganos como pulmones, hígado, riñones o bazo.